El poema las hojas muertas de Jacques Prévert trata de un amor evocado por el amante y su esperanza de revivirlo dirigiéndose a su antigua amada, el poema fue musicalizado sin cambios, destaca por la intervención de la naturaleza y el tiempo en el olvido del amor y la lucha del yo poético por recuperar la pasión pérdida y revivir el deseo en su amada.
Jacques Prévert (Francia. 1900-1977) escribe Las hojas muertas de su poemario Paroles (1946), este es un poema de amor que recuerda la separación de dos amantes en analogía al movimiento de los elementos naturales como el agua del mar, la arena y el tiempo del otoño. Este bello poema fue musicalizado por el compositor Joseph Kosma (1905-1969), los intérpretes más conocidos de la canción Les feuilles mortes fueron Yves Montand (1921-1991) y Juliette Greco (Francia, 1927).
En este poema se evoca el amor perdido, cuando la amada cantaba la canción que deleitaba a ambos, pero el tiempo ha pasado y cada vivencia es como una hoja de otoño caída, que va a ser recogida con un rastrillo. En el tiempo del amor, la amada era tan bella, que el yo poético no puede olvidarla, no sólo eran amantes, sino amigos y a la dicha del amor se unía un brillo mayor del sol. Desde el surrealismo, los elementos de la vida cotidiana intervienen para borrar el fuego del amor, pero el amante no olvida.
Las hojas son el pasado: El amor ha sufrido los estragos del tiempo desde su término, pero el yo poético lo valoriza positivamente. La voz francesa “feuille” significa hoja de árbol y hoja de papel. Las hojas muertas son rastrilladas indolentemente, para luego ser eliminadas. También está la posibilidad del libro de un amor que ha expirado y cuyas hojas solo evocan lo lejano que quedó el Eros en la amada, quien en la historia del poema es la que tiene más facilidad para olvidar, mientras el amante recuerda.
El pasado es un tiempo perfecto, los amantes vivían juntos, el sol brillaba más y ella era muy bella, es un tiempo evocado que ya no vuelve. La anáfora “las hojas muertas se recogen con un rastrillo” divide al pasado del presente, lo que para él es un recuerdo privilegiado, para ella puede estar banalizado por el olvido y el paso del tiempo. El amor esta metaforizado en un libro que difícilmente consigue una segunda lectura o una segunda oportunidad, pues quien decide es la amada, no la voluntad del yo poético.
El amor ha sido borrado de los parques por el otoño, de las playas porque el mar borró las letras escritas de los nombres de los amantes. El amor cae y se diluye al ritmo de las hojas, esta pasado pero ha existido, morir le garantiza su veracidad, su grandeza y su pasado esplendor. Ha muerto porque ha cumplido un ciclo, que el yo poético espera renovar, volver a vivirlo persuadiendo a su amada. El Eros es esperanza de vida en calidad, a pesar de que ha muerto y ha dejado de actualizarse.
El amor se recuerda por una canción: A ambos amantes les gustaba la misma canción, cuyo contenido se guarda en silencio, esa canción la cantaba la mujer y el puede devolverle otro canto, con el balance de su experiencia, además, este poema fue musicalizado respetando los versos originales. Tener a la amada cantando el amor es tener su voluntad en apoyo y reconocimiento del amante. El amor ha sido correspondido en el pasado, es el hombre el que está herido y siente la pérdida intensamente.
El amor acaba cuando termina de entonarse la canción, la cual tenía la virtud de acercarlos. La canción es el refuerzo del amor, es un atributo artístico para el Eros, es un don y un regalo que ella le hacía, como los chocolates, flores y peluches que puede regalar el enamorado a su chica, marcando el avance de la relación, o sosteniéndola como una ceremonia de afecto. El amante lucha por combatir la noche fría del olvido, frialdad que viene de la falta de calor del cuerpo de la amada que vivía con él.
El amor y la canción han pasado, el yo poético recuerda porque ha tenido que dejar ir a su mujer, el no esta de acuerdo con la separación, pero no la ha podido impedir. El poema conserva altura, no es un ruego sumiso y lastimero, sino una ponderación de lo que significó el amor para ambos. El amante es consciente de los ciclos de la naturaleza y el amor está en esta causalidad, no puede evadir la contingencia del desgaste de la relación, la canción es evocada por el recuerdo, no está perdida, también existió.
La llamada a la amada: El amante emplea otra especie de anáfora para reconquistar a su amada: “¿Ves?, no lo he olvidado”, ni el contacto íntimo con ella, ni su voz al cantar, ni el amor cumplido en la convivencia se han olvidado, no se reproducen en el presente y se sienten lejanos. El deseo por la amada aumenta por su pérdida, por la discontinuidad de su compañía. El mantuvo un amor silencioso y fiel, siempre valorándola a ella positivamente, por eso le dice que siempre le recordará.
La amada está enunciada en todo el poema, se recrea por sus virtudes como satisfacción, belleza, una bella voz que puede cantar para ambos. Esta amada tiene que ser consciente de que las hojas muertas del amor que vivieron están siendorastrilladas para acabar en el olvido. El llamado busca unir el recuerdo de ella al recuerdo constante de él para potenciar el amor y reactivarlo como esperanza de goce y de mejora de la calidad de vida de ambos, quienes pueden rencauzar el amor que los unió en un tiempo ideal.En este llamado el amante reconoce la belleza de su amada, ya que siempre en la poesía la beldad es un bien escaso. Dice que la vida los ha separado silenciosamente, es una vida en pareja truncada, desprovista de continuación. El amor no puede caer en un olvido absoluto porque siempre es un bien, aún en periodos breves de duración. La amada sigue siendo objeto de deseo, porque el yo poético no quiere olvidarla. El llamado esta libre de rencor, porque el yo agradece a la vida por la dicha pasada.
qui nous ressemble.
Kosma y Prévert: Les feuilles mortes
Os acordáis: Europa estaba en ruinas.
Todo un mundo de imágenes me queda de aquel tiempo
descoloridas, hiriéndome los ojos
con los escombros de los bombardeos.
En España la gente se apretaba en los cines
y no existía la calefacción.
Era la paz -después de tanta sangre–
que llegaba harapienta, como la conocimos
durante cinco años.
Y todo un continente empobrecido,
carcomido de historia y de mercado negro,
de repente nos fue más familiar.
¡Estampas de la Europa de post-guerra
que parecen mojadas en lluvia silenciosa,
ciudades grises adonde llega un tren
sucio de refugiados: cuántas cosas
de nuestra historia próxima trajisteis, despertando
la esperanza en España, y el temor!
Hasta el aire de entonces parecía
que estuviera suspenso, como si preguntara,
y en las viejas tabernas de barrio
los vencidos hablaban en voz baja…
Nosotros, los más jóvenes, como siempre esperábamos
algo definitivo y general.
Y fue en aquel momento, justamente
en aquellos momentos de miedo y esperanzas
-tan irreales, ay- que apareciste,
oh rosa de lo sórdido, manchada
creación de los hombres, arisca, vil y bella
canción francesa de mi juventud!
Eras lo no esperado que se impone
a la imaginación, porque es así la vida,
tú que cantabas la heroicidad canalla,
el estallido de las rebeldías
igual que llamaradas, y el miedo a dormir solo,
la intensidad que aflige al corazón.
Cuánto enseguida te quisimos todos!
En tu mundo de noches, con el chico y la chica
entrelazados, de pie en un quicio oscuro,
en la sordina de tus melodías,
un eco de nosotros resonaba exaltándonos
con la nostalgia de la rebelión.
Y todavía, en la alta noche, solo,
con el vaso en la mano, cuando pienso en mi vida,
otra vez más sans faire du bruit tus músicas
suenan en la memoria, como una despedida:
parece que fue ayer y algo ha cambiado.
Hoy no esperamos la revolución.
Desvencijada Europa de post-guerra
con la luna asomando tras las ventanas rotas,
Europa anterior al milagro alemán,
imagen de mi vida, melancólica!
Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos,
aunque a veces nos guste una canción.
des jours heureux où nous étions amis.
en ce temps-là la vie était plus belle,
et le soleil plus brûlant qu’aujourd’hui.
les feuilles mortes se ramassent à la pelle.
tu vois, je n’ai pas oublié…
les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
les souvenirs et les regrets aussi
et le vent du nord les emporte
dans la nuit froide de l’oubli.
tu vois, je n’ai pas oublié
la chanson que tu me chantais.
[refrain:]
c’est une chanson qui nous ressemble.
toi, tu m’aimais et je t’aimais
et nous vivions tous deux ensemble,
toi qui m’aimais, moi qui t’aimais.
mais la vie sépare ceux qui s’aiment,
tout doucement, sans faire de bruit
et la mer efface sur le sable
les pas des amants désunis.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
les souvenirs et les regrets aussi
mais mon amour silencieux et fidèle
sourit toujours et remercie la vie.
je t’aimais tant, tu étais si jolie.
comment veux-tu que je t’oublie ?
en ce temps-là, la vie était plus belle
et le soleil plus brûlant qu’aujourd’hui.
tu étais ma plus douce amie
mais je n’ai que faire des regrets
et la chanson que tu chantais,
toujours, toujours je l’entendrai!